Las preguntas más absurdas en una entrevista de trabajo
El mercado laboral se ha vuelto más complejo con la globalización, la especialización y la alta cualificación de los perfiles; por otro lado, la precariedad laboral tiene como consecuencia la existencia de un mayor número de candidaturas en relación a puestos por cubrir. Las exigencias del sistema han demandado procesos de selección que van más allá de descartar currículums que no se adecuan a las necesidades de las empresas. La profesionalización del proceso de selección ha llevado a las personas responsables de reclutar a realizar ciertas preguntas, aparentemente, absurdas y que pueden dejarte fuera de juego.
Por qué estas preguntas
Este tipo de preguntas, que un primer momento parece que carecen de sentido, buscan descolocarte; romper con las respuestas preparadas; descubrir tu reacción ante situaciones inesperadas y averiguar más de ti que lo que expresas con tus palabras.
Cómo responder a estas preguntas
El truco para responder a estas preguntas es que no te centres en la respuesta en sí. El objetivo es que positivices y adaptes tu respuesta al trabajo que vas a desempeñar. Si te preguntan qué fruta serías, da igual que digas manzana, pera o aguacate; lo importante es que argumentes dicha elección siempre asociándolo con el perfil que demanda la empresa.
Para que te quede algo más claro a lo que me refiere te voy a poner un ejemplo; no quiere decir que debas responder esto ni que sea la única opción posible. Como ya te he dicho puedes decir cualquier fruta, siempre que te centres en puntos positivos asociados al trabajo.
En el caso de las frutas, yo sería una pera porque son resistentes, así que saben gestionar el estrés correctamente, y dulces para ofrecer un buen trato al cliente.
¿Qué fruta dirías tú? ¿Te has tenido que enfrentar alguna vez a este tipo de preguntas?
Preguntas más absurdas en una entrevista de trabajo
Podemos dividirlas en dos tipos; las que se centran en lo que eres, tu personalidad y fortalezas (si fueras una fruta, animal, cosa, ¿cuál serías?) y las que se centran en aspectos que necesitas mejorar, tus debilidades y carencias (si pudieras tener un superpoder, ¿cuál te gustaría tener?).
A la hora de reaccionar a estas preguntas hay dos trucos que pueden ayudarte. El primero es que elabores un inventario personal antes de presentarte a una entrevista, un recurso para que reflexiones sobre tus habilidades y aspectos a mejorar; así sabrás cómo argumentar tus elecciones. El segundo truco es que procures positivizar tus argumentos; incluso cuando te centres en aquello que consideras que debes mejorar. La mejor opción es ser neutral, te pongo un ejemplo con respecto al superpoder.
Me gustaría tener el superpoder de teletransportarme porque eso me permitiría poder conocer muchos sitios diferentes y así adquirir conocimientos nuevos.
En este caso no señalas ningún defecto tuyo y sí resaltas que eres una persona que está en constante aprendizaje. ¿Qué superpoderes se te vienen a la mente? ¿Volar? ¿Ser invisible? ¿Alguno más?
Preguntas sin relación con el desempeño
Hay una tercera variante de preguntas que pueden noquearte. Son aquellas preguntas independientes y ajenas al sector laboral; preguntas que pueden ir desde «¿cuál fue el último libro que has leído?» hasta «¿qué cenaste anoche?».
Lo primero que piensas ante estas preguntas es… ¿qué tiene que ver eso con el trabajo? Pues nada. Sin embargo, logran su objetivo: romper la tensión, desviar tu atención y flexibilizar la conversación.
Mi consejo es que te presentes siempre con la mente abierta; no cuestiones las razones que ha llevado a la persona que te entrevista a querer saber si eres de cenar lechuga o hamburguesa. Créeme, no tiene ningún interés en saberlo; pero en la forma que reacciones y respondas obtendrá información sobre tus habilidades para relacionarte y adaptarte a los cambios; así que no te agobies y… ¡mucha suerte!
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Redacción: Annabel Navarro.
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