COVID | Trabajo social en emergencias sanitarias
La actual crisis sanitaria COVID ha afectado a todas las esferas de la vida; siendo necesaria una interveción desde el trabajo social para paliar sus consecuencias negativas.
El Colegio General de Trabajo Social ha organizado un ciclo de charlas sobre la gestión del rastreo desde la profesión. Durante los tres días que ha durado la inicitiativa, distintas compañeras y compañeros han compartido sus experiencias y reflexiones sobre nuestra labor en la actual situación sanitaria. Tenéis aquí la info.
A continuación, os dejo algunas de mis reflexiones tras esta experiencia; y os invito a participar en las próximas iniciativas para que entre todas y todos hagamos más grande la profesión.
Trabajo Social Sanitario
Las crisis sanitarias, como la que estamos viviendo, tienen consecuencias en la salud; pero, irremediablemente, afecta a la economía y al desarrollo social.
La salud es un estado de completo bienestar física, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
Como expertas en la intervención social con distintos colectivos y ámbitos, nuestra profesión está capacitada para realizar funciones de apoyo y ayuda en el proceso de dificultades sanitarias; acciones que van más allá de la recuperación de salud física y que aporta recursos y herramientas para afrontar los cambios derivados de la enfermedad.
Sin embargo, el trabajo social sigue relegado a un segundo plano, excluido en estos espacios en los que podemos aportar y sumar gran valor. Las razones que a mi juicio dificultan, limitan o eliminan nuestra presencia están relacionadas con los grandes obstáculos y retos que tiene la profesión en la actualidad. No importa nuestro bagaje histórico, que se trate de una profesión con base científica y con estudios universitarios, las personas usuarias, profesionales de otras disciplinas e instituciones siguen desconociendo de dónde venimos, quiénes somos y dónde podemos colaborar; y, en los casos en los que se nos da cabida, se nos asociada al trabajo voluntario o altruista, ninguneándonos y reduciéndonos como colectivo a una mera acción de «buena gente» que actúa de buena voluntad.
Trabajo social y rastreo COVID
El rastreo se inicia una vez la persona es considerada como positivo en coronavirus. El objetivo es localizar a las personas con las que ha estado más de 15 minutos en una distancia inferior a metro y medio, dos días antes de la presentación de los síntomas, para informarlas de que han estado en contacto con una persona positiva. Una vez contactadas se les indican que deben hacer confinamiento durante al menos catorce días -esto varía según circunstancias y si presenta o no síntomas-.
¿Por qué es importante nuestra labor? El confinamiento altera rutinas y proyectos de vida; agrava las situaciones de vulnerabilidad; y dificulta las relaciones interpersonales. Por eso es fundamental que asumamos las labores de rastreo para informar, apoyar, orientar y ejercer nuestras funciones como agentes de integración y cambio.
El triaje social es la valoración de las situaciones para priorizar las atenciones urgentes que puedan desembocar en situaciones de desprotección y desamparo. No es cuestión de edad, sexo o estatus. Es una análisis pormenorizado y adaptado a las circunstancias de cada persona como individuo y con su relación en el medio.
Importancia de las medidas preventivas y de control
La detección precoz supone una reducción en las tasas de contagio y en la expansión de la enfermedad. Nos permite actuar de manera inmmediata en el control de la difusión del patógeno atenuando las consecuencias negativas: a nivel sanitario, menos enfermos y menos casos; a nivel económico, continuidad de las actividades laborales y económicas; a nivel social, mantenimiento de las actividades sociales, proyectos de vida, acceso a los recursos… etc.
No obstante hay determinados colectivos especiales que por su idiosincracia dificulta las labores para establecer medidas preventivas y de control.
*Nota. En el ciclo de charlas se ha hablado de las personas en residencias de mayores y las internas en centros penitenciarios. A continuación os comento algunas cosillas sobre las personas sin hogar, otro de los perfiles vulnerables.
Personas sin hogar
Las personas sin hogar tienen dificultades para permanecer confinadas. Estas personas presentan un perfil definido por, lo más obvio, carecer de vivienda y trabajo; la mayoría presenta un nivel de salud complicado por lo que son personas de riesgo; son personas solitarias y errantes con un peculiar estilo de vida. Entre los recursos que disfrutan está la atención en centros donde pueden dormir, asearse, comer y guardar sus pertenencias. Son personas que tienden a romper el confinamiento por ansiedad, sentimientos de miedo, inseguridad, fragilidad y que ven limitadas sus opciones de recibir servicios de higiene y alimentación.
Los obstáculos para cumplir con las medidas de prevención y control se derivan de:
Excesivo consumo de alcohol y tabaco. La necesidad de consumir choca con la imposibilidad de hacerlo o de desplazarse para conseguir suministros.
Aspectos relacionales y de convivencia. Personas urañas, distantes y desconfiadas por las vivencias experimentadas en la calle. En multitud de ocasiones les resulta complicado mantener una convivencia cordial. Sin vinculos familiares ni redes de apoyo.
Dependencia de servicios y recursos. La falta de autosuficiente y el hecho de vivir en la calle complica el aislamiento y el mantenimiento de unas conductas de higiene adecuadas para contrarrestar el riesgo de contagio.
El éxito de la actuación está en la comprensión de las decisiones de las personas desde su propia historia, así como la transparencia, información y acompañamiento.
En general, gracias a este ciclo de charlas hemos aprendido desde la experiencia en primera persona lo que es el rastreo; y a abordar una situación completamente nueva desde cero. Las profesionales han tenido que adaptarse a un nuevo panorama lleno de caos e incertidumbre. Sin embargo, las herramientas que el trabajo social nos aporta como profesionales, ha permitido que las compañeras y compañeros hayan desarrollado sus funciones desde la empatía, la coordinación y la perspectiva holística para paliar los efectos de la pandemia a nivel global.
Redacción: Annabel Navarro.
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