Jesús Carnerero, el autor de ALGÚN PECADO RARO
«Hacer lo que me gusta con todas las consecuencias»
Jesús Carnerero nació en Badajoz en agosto de 1984, aunque es de un pueblo llamado San Vicente de Alcántara, que es donde residió hasta los 22 años y a donde ha regresado este mismo verano de 2014, tras 8 años dando vueltas por cuatro ciudades distintas. Estudió Producción Audiovisual y es aficionado al cine y a las series. Ahora que ha cumplido los 30 ha decido centrarse en la escritura; ha escrito cuatro novelas y una novela-blog, aparte de haber participado en numerosos concursos literarios, ganando alguno y siendo finalista en otros tantos. Además de leer y escribir le gusta mucho la música y el café.
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Entrevista
¿Cuándo comenzó tu pasión por la escritura?
Cuando tenía 15 o 16 años, aunque no sé si ya entonces se podía llamar pasión. Simplemente me gustaba, me entretenía, puede que ya por esa época necesitase expresarme de ese modo. Se podría decir que empecé a escribir con cierta regularidad en la adolescencia.
¿Qué te hizo decidirte y dar el paso definitivo para ser escritor?
Porque siento que no sé hacer otra cosa. Y puede que escribiendo sea un mediocre, pero como sólo tenemos una vida me gustaría gastarla, o malgastarla, dependiendo de lo que la suerte me depare, haciendo algo que me entusiasma de veras, afrontando todas las consecuencias, por supuesto. No voy a decir eso de la escritura me eligió a mí, no yo a la escritura; pero sí que siento que no sé hacer nada más. Las rachas de tiempo que he pasado sin escribir, y que desde hace un par de años para acá son muy escasas, han sido tristes, como si me faltase algo. Sé que no voy a pasar a la historia ni me van a dar el Nobel de literatura, pero insisto, no sé hacer otra cosa y prefiero ser mediocre escribiendo que en cualquier otro trabajo. Esto al menos lo he elegido yo.
¿Tu momento favorito para escribir?
Por las mañanas hasta la hora de comer, por la tarde después de comer, por las noches hace bastante que no me pongo. Me da igual el momento. Suelo escribir por la mañana y por la tarde, de cuatro a seis horas diarias, siempre y cuando haya inspiración. Y esa es mi rutina. Antes de adentrarme a escribir lo que sea, microrrelato, relato, novela, me obsesiono con un tema, con un hilo del que voy tirando hasta tener en la cabeza una historia más o menos forjada, y una vez considero que estoy listo, me siento a darle a las teclas. También improviso mucho, pero sin querer; lo tengo todo lleno de notas, el móvil sobre todo, y a la hora de la verdad me salto gran parte de lo que he apuntado.
¿Qué destacarías de tu experiencia como autor autopublicado?
Lo que más destacaría es la total y absoluta libertad que tienes, incluso una vez has subido la novela a la plataforma. Eso de corregirla según te vayan comentado los lectores, subir esa nueva versión con otra portada o con ilustraciones, cambiar el precio, regalarla, etc. Todo eso es genial. Por no hablar de no estar atado a ningún contrato editorial que cumplir sí o sí. Y puedo pecar de contradictorio, pero esa libertad absoluta también es lo peor de ser un autor independiente, en mi opinión. Tú te lo guisas y tú te lo comes. Si el guiso está rico, perfecto, pero como seas un mal cocinero, te toca comértelo también, sin más remedio. Y vuelvo a repetir, si lo que escribo no gusta, estupendo, pero informarme y ensayar y probar y leer y pedir consejo, lo he hecho hasta la saciedad.
A veces creo que hasta he perdido demasiado tiempo en saber cómo iba lo de auto publicarse. Me he agotado antes de empezar, por así decirlo. Y ahora con lo de promocionarse tampoco lo estoy pasando precisamente bien. A mí lo que me gusta es escribir. Punto. Pero bueno, es un mal menor siempre y cuando obtengas resultados. No me gusta estar todo el día en Twitter, eso tengo que admitirlo, pero seguramente sea una herramienta imprescindible para llegar a los lectores, así que no queda otra que estar ahí.
¿Qué errores has cometido como escritor novel que hoy no cometerías?
Supongo que insistir demasiado promocionando, o tratando de promocionar; tanto la novela-blog que escribí antes de sacar la novela, como la novela de ahora. Ya digo que no me gusta demasiado Twitter ni Facebook, y tal vez tampoco se me dan demasiado bien. Dedicas horas a estar ahí cuando podías estar haciendo cualquier otra cosa, escribir por ejemplo; en mi caso, y al menos hasta el momento, no puedo decir que me haya valido de mucho. No he obtenido demasiados resultados, aunque todavía es pronto para sacar conclusiones.
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