¿Por qué dejé de apoyar ciertas campañas de ONGs?
El otro día un amigo compartió en sus redes una campaña de Greenpeace sobre la denuncia del uso másivo de plásticos en los supermercados. Una denuncia a la que me sumo, pero NO firmo. Hace unas semanas, me llegó una campaña de Unicef para apoyar a las niñas y niños de Siria, quienes no tienen oportunidades de ir a la escuela; viéndose de esta manera hipotecado su futuro. Una iniciativa que defiendo, pero NO firmo. Creo que fue ACNUR, la última que he recibido, sobre la necesidad de ser menos YO y pensar más en NOSOTROS. Los que huyen sin encontrar cobijo, las que son violadas… gente que trata de escapar de una pesadilla de la que no logra salir. Una labor de la que estoy concienciada, pero que tampoco firmo.
¿Dejé de apoyar a ONGs?
No. Creo que alguien tiene que dar voz, ayudar y denunciar, de manera imparcial, cuando los gobiernos miran para otro lado. Debe haber gente que se implique, que crea que el mundo puede cambiar, si arrimamos todos el hombro. Sí, sigo colaborando a mi manera; como mejor sé, quiero y puedo. Sin embargo, me niego a firmar otra campaña social que suponga introducir mi número de teléfono. Como digo, sigo haciendo lo mismo que he hecho siempre; donar, concienciar y difundir.
Del Marketing Social al Acoso Reiterativo
Hace unos meses; si no recuerdo mal, antes de Navidad. Recibí una insistente llamada de un número que no conocía. Cansada, decidí responder. Eran de UNICEF. Tras haber participado en una campaña en la que firmaba y añadía el número de teléfono, me contactaron para que me hiciera socia e incluso me invitaron a acudir a Granada y conocer la labor que realizaban de primera mano. He de decir que la teleoperadora fue muy amable y no insistió cuando le dije «no»; pero eso no quita para que me sintiera molesta de la acción llevada a cabo.
De Greenpeace, Amnistía Internacional… varias son las que utilizan la «excusa de…» para incluirte en su lista de contactos y llamarte, día sí, día también, para que te hagas socia. Que sí, que vale… que de las suscripciones sobreviven para continuar ayudando; pero de ahí al acoso teléfonico hay una fina línea que provoca que la acción promocional revierta negativamente en la imagen de la entidad. Y en mi caso, he de decir que si no me hago socia, pero colaboro… por algo será, ¿no?
Sin embargo, no sólo estas acciones de «apoya con tu firma» tienen «trampa». Si donas a Save The Children, UNICEF o Greenpeace enviando un SMS al número X, terminas recibiendo las llamadas NO deseadas una y otra vez.
También está la misma variante, como hace la Asociación Española Contra el Cáncer, pero agregando tu email a su base de datos. En mi opinión, una medida más efectiva, menos invasiva y de coste cero. Colaboras, no te sientes acosado, recibes cada cierto tiempo un email informativo y tú, sin tener que dar explicaciones, decides qué hacer.
Marketing Social
El marketing social consiste en la aplicación de técnicas tradicionales de marketing y marketing digital que permiten un cambio social en pro del bienestar común. Pero… ¿qué sucede si ponemos en práctica lo mejor del marketing, maximizando el éxito en función del objetivo (conseguir diez mil socios nuevos) olvidando el carácter social del mismo?
En los últimos tiempos se está apostando por el marketing agresivo donde prima cumplir X objetivos; un tipo de estrategia que no comparto a nivel comercial y mucho menos a nivel social. Son campañas de acoso y derribo en las que el usuario cede por dejadez, cansancio o por «tener una hora tonta» en el peor momento de todos.
Si este carácter lo aplicamos al marketing social, la base de ofrecer un valor emocional y social pierde todo su sentido. Entonces, ¿cómo abordar correctamente una campaña de marketing social?
Claves del Marketing Social
Sensibilidad. Hay que apostar por llegar al corazón de las personas. Música, imagen, contenido, momento del día, estacionalidad. Esta es una de las razones que tengan tanto éxito las campañas de Navidad.
A corto plazo. Deben ser campañas puntuales que no supogan un compromiso mayor del usuario y que permitan que se lleve a cabo de manera fácil, sencilla, intuitiva y sin cuestionar sus decisiones.
Visibilidad. Cuanto más gente lo vea, más posibilidad de que alguien participe. Es aquí donde han pisado con fuerza los llamados influencers; creadores de contenido con un gran número de seguidores que permiten viralizar una campaña.
Objetivo Social. Objetivo empresarial. Una campaña de acción social, por muy loable que sea su objetivo (crear pozos de agua en Mali); si no se fomentan los valores de cambio social y altruismo, quedando estos sobrepasados por el fin empresarial (recaudar fondos, mejorar imagen, aumentar número de socios) la campaña podrá cumplir (o no) las metas marcadas, pero a largo plazo revertirá negativamente.