Menores sufriendo acoso escolar, ¿qué puedo hacer?
Afrontar el acoso escolar no es sencillo, pero parece que en los últimos tiempos todo se ha vuelto más complicado; ya que en multitud de ocasiones traspasa nuestro día a día para hacerse un hueco en el mundo 2.0.
Yo también sufrí bullying y sé lo duro y frustrante que puede llegar a ser la situación. Aquí os dejo un post anterios con algunos consejos para abordarlo. ¡Recuerda! NO estás sola. NO estás solo.
Qué es el acoso escolar
Tal como recoge la normativa, el acoso escolar es entendido como el maltrato psicológico, verbal o físico hacia un alumno/a producido por uno o más compañeros; de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado.
Es importante no confundir este fenómeno con agresiones esporádicas entre el alumnado y otras manifestaciones violentas que no suponen inferioridad de uno de los participantes en el suceso; y que serán atendidas aplicando las medidas educativas que el centro tenga establecidas en su plan de convivencia.
Además, cabe destacar que el acoso escolar es un problema social fundamentado en la falta de tolerancia, empatía y respeto; por tanto, necesita de la implicación de todos los elementos participantes para su prevención, detección e intervención.
Centros educativos
En 2011 se estableció una serie de medidas para propiciar y garantizar un ambiente de convivencia en los centros educativos; entre sus acciones, se estableció un protocolo a seguir en caso de acoso escolar. Este protocolo se amplió en 2017 con motivo de la incipiente actuación de hostigamiento en redes sociales, introduciéndose medidas específicas para situaciones de ciberacoso.
Lo que marca que un atosigamiento o conflicto entre menores pueda ser considerado bullying es la intencionalidad, sumisión y repetición. Debemos distinguir entre acosadores y alumnos problemáticos para, de esta forma, abordar el tema de la manera más adecuada a las circunstancias.
Cabe destacar que la Orden 2011, por la que se adoptan medidas, se dirige a los centros docentes sostenidos con fondos públicos y regula el derecho (yo incluiría también la obligación o deber) de las familias a participar en el proceso. Las acciones que marca el protocolo incluyen las líneas de actuación; la implicación de todos los agentes intervinientes (alumnos, profesores y padres/madres); la creación del plan, de la comisión y del aula de convivencia; y la aparición de la figura del mediador entre iguales.
Víctima
Desde Save The Children indican que el perfil de la víctima coincide con personas que no cumplen con la normatividad; ya sea porque presenten dificultades sociales, físicas o psicológicas. Lo que se traduce como un claro reflejo de cómo se trata la diversidad en la sociedad actual.
Acosador/a
Es recurrente argumentar el acoso con frases del tipo «tiene envidia», «le gusta llamar la atención», «debe tener problemas en casa»; pero banalizar el acto no lo hace menos grave, cruel o doloroso.
Los acosadores lo hacen porque pueden hacerlo (poder), le repercute favorablemente a largo plazo (reiteración basada en el éxito) y son insensibles al dolor ajeno (intencionalidad y falta de empatía).
Suelen recurrir al insulto, a la agresión física, la exclusión social, difundir rumores, robar o dañar las pertenencias ajenas. Su único fin es hacer daño, ¿por qué? Por popularidad, por miedo, por poder o por convicción. Este último punto se refiere al conjunto de valores personales del menor.
Los tres pilares que configuran el carácter de la persona son: familia, amigos y escuela. La familia es el ente social primordial y básico del que absorbemos la normatividad; lo correcto y lo incorrecto; lo justo y lo injusto. Los amigos son aquellos seres que tratamos como iguales, por tanto, ejercen una gran influencia en nosotros basada en la confianza. Por último, y no menos importante, está la escuela.
Padres y madres
Tanto si descubrimos que nuestros hijos sufren acoso escolar como si detectamos, o nos informan, de que nuestro hijo/a es el responsable, debemos adoptar una actitud cordial, participativa y no ofensiva. Nuestro objetivo debe ser el de resolver el conflicto, no propiciar más actos violentos y tensos entre compañeras/os.
En multitud de ocasiones los padres del acosador/a suelen adquirir una actitud defensiva y reacia a aceptar las acciones de sus hijos; en otras, son los propios padres del acosado quienes no dan crédito a lo sucedido.
| Nuestros hijos no son perfectos | Debemos ser participativos | Exigir pruebas y propiciar el cambio | Apoyar al acosado | Hacer entender al acosador que ESE no es el camino | Implicación del centro |
En multitud casos el maltrato al que están sometidos nuestras hijos no se verbaliza, por lo que es importantísimo observar, indagar y escuchar activamente.
Comunidad educativa
Las personas en edad escolar pasan un tercio de sus días en el colegio; pero seamos más específicas. Si restamos las horas de sueño, desde que se levantan hasta que regresan a casa pasan casi un 54% de su tiempo en las aulas.
Por tanto, la comunidad educativa adquiere un imporante protagonismo tanto en la prevención como en la detección y actuación. Conocedores de su gran labor, el propio sistema ha establecido una serie de protocolos a activar en cada caso (1).
Compañeros/as
A veces confundimos la implicación en un problema con ser un chivato o un traidor; otras tantas, preferimos mirar para otro lado para no convertirnos en la diana de las humillaciones. Dar el paso y decir… ¡basta! no es sencillo; por eso, es importante que, desde el centro, la AMPA y el alumnado se trabaje por inculcar valores de respeto y difundir las acciones a llevar a cabo en caso de conocer una situación de acoso.
La figura del mediador entre iguales. Consiste en que un alumno/a imparcial, y elegida por ambas partes del complicto, medie para llegar a una resolución. El éxito de este tipo de prácticas radica en la implicación e interés de todos los elementos intervinientes.
¿Qué sucede si en el colegio de mi hija/o no hay una política establecida para afrontar el acoso? ¿Qué hago si existe un silencio cómplice?
Los protocolos de actuación son de obligada aplicación y cumplimiento, pero es cierto que hay colegios que evitan aplicarlos; una actitud conformista e irresponsable que puede conllevar al incremento de la cadena de violencia o de las consecuencias del acoso escolar. Ya sea por dejadez, por no considerar necesario activar los protocolos o por falta de información, lo adecuado es plantear cualquier situación detectada como anómala tanto ante el AMPA como ante el consejo escolar. ¿Y si eso no funciona? Tenemos otras opciones…
Fundación ANAR, por ejemplo, ofrece un servicio de atención gratuito dirigido a aquellos adultos que necesitan ser orientados en temas relacionados con menores. Llamando al 600 50 51 52 las pautas que siguen son las siguientes:Save The Children, otra organización comprometida contra el acoso escolar, facilita talleres gratuitos para adultos sobre el tema. Puedes informarte aquí
También puedes ponerte en contacto con la Inspección Educativa y plantear el problema del colegio. Cada centro educativo tiene asignado un inspector de educación al que podemos dirigirnos si algo de lo que ocurre nos parece irregular o no estamos conformes con el proceder. Aquí tienes los datos de contacto en Andalucía.
Teléfono de Denuncia de Acoso Escolar del Ministerio de Educación. 900 018 018
Redacción: Annabel Navarro.
¡Recuerda! También puedes seguirme en Twitter, Facebook, Youtube e Instagram
(1) Protocolos de actuación por Comunidades Autónomas