Trabajo Social

Violencia de género | El hombre en el sistema patriarcal

Jornada formativa en la UNED

Recientemente tuvo lugar en el centro asociado de la UNED en Baleares una jornada formativa sobre violencia de género. En ella participaron diferentes especialistas, quienes compartieron su particular visión sobre la problemática y sobre su labor profesional  a la hora de abordarla.

A pesar de tratar la temática desde diversas perspectivas, las ponencias confluían en dos puntos; la identificación de la violencia de género como «lacra social» y el convencimiento de existir una importante evolución en la intervención, pero con una llamativa necesidad de mejora.

¿En qué nos hemos equivocado?

Se ha distinguido la violencia de género de otros tipos de violencia; exigido la especialización de los profesionales; se han creado juzgados específicos; ampliado los recursos de protección a las víctimas; legislado al respecto y aún así, cientos de mujeres son asesinadas y otras tantas maltratadas. ¿En qué nos hemos equivocado?

Entre los ponentes se encontraba Francisco Javier Alarcón Alcaraz, médico-forense. En su intervención argumentó lo siguiente:

“Estamos enfocando los estudios sobre VdG en el objeto de la violencia, sin pensar en el origen y el por qué. Nadie quiere centrarse en el hombre como epicentro del problema. Miramos siempre a la mujer como víctima y parte activa para poner fin a la situación, cuando la solución la tiene el hombre, no, la mujer”.

La violencia de género se presenta como una lacra social; supone la muerte de decenas de mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Una situación que se ha abordado reforzando el sistema de atención e intervención con las víctimas; exigiendo especialización a los profesionales; tratamiento a los agresores durante el cumplimiento de su condena; y en la prevención dirigida a la concienciación y educación desde las distintas etapas formativas. Una labor tan necesaria como acertada que, sin embargo, no despeja una incógnita de la ecuación: ¿enseñamos a los hombres a no maltratar?


Violencia de género

La violencia de género es el mayor símbolo de desigualdad entre hombres y mujeres al atentar contra la dignidad, la integridad física y moral. Violencia sobre la mujer por el mero hecho de serlo; considerándola un ente carente de derechos que no es objeto de respeto.

La violencia de género se define como todo acto de violencia física y psicológica; incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad.

La violencia de género es la expresión material de una frustración personal, afianzada en la creencia de sumisión de la mujer. Una concepción patriarcal en la que el empoderamiento femenino y el feminismo han puesto de manifiesto la necesidad de romper con roles arcaicos e impulsar la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.

Sin embargo, la labor de movimientos sociales en pro de la defensa de derechos de la mujer se ha visto enturbiada por la falsa creencia, difundida por sectores conservadores, de que el feminismo busca la exaltación de la mujer en detrimento del hombre (hembrismo). Esto ha provocado que quede en un segundo plano que uno de los objetivos del feminismo es la ruptura del sistema patriarcal.

El sistema patriarcal ha dividido la realidad social en dos perfiles claramente diferenciados; la mujer sumisa, ama de casa, responsable de los hijos, que cede la toma de decisiones a su pareja y un largo etcétera. Pero… ¿qué hay del hombre?

El hombre en el sistema patriarcal

Se le dice a los niños que no deben llorar, que deben ser fuertes, que deben jugar al fútbol, tomar la iniciativa, ser responsables de su casa y familia, que deben conquistar a las mujeres, pagar siempre en la primera cita; o que nunca se hablan de los sentimientos, eso solo lo hacen las “nenazas”, entre otras cosas. Se les enseña el mundo desde una concepción hermética y estanca; pero… ¿qué sucede cuándo el mundo tal y como se les ha configurado cambia?

El sistema patriarcal crea individuos con un perfil marcado por la rigidez de pensamiento; la falta de capacidad de buscar alternativas ante situaciones estresantes o complejas; sin habilidades sociales; con dificultad para adaptarse a las situaciones nuevas; con baja capacidad para resolver conflictos y baja tolerancia a la frustración(*). Estos individuos no saben, porque no se les ha educado para ello, cómo actuar en una convivencia igualitaria y respetuosa. ¿Serán unos machistas asesinos porque no les hemos dado las herramientas necesarias para no serlos?

Educación en valores

Hacer programas de intervención con maltratadores; ofrecer recursos a las víctimas; empoderar a la mujer… son medios necesarios para combatir la lacra de la violencia de género. Sin embargo, sólo reduciremos el número de muertes y agresiones cuando trabajemos desde la raíz; educando a hombres y mujeres en igualdad, respeto y tolerancia. Hemos enseñado a las mujeres a no dejarse maltratar, es el turno de enseñar a los hombres a no ser maltratadores. Porque seguiremos teniendo el mismo problema y el número de asesinadas no se reducirá, por mucho que nosotras nos liberemos, si ELLOS no nos acompañan.


(*) Según datos de Susana de Rojas Vázquez, psicóloga del Centro Penitenciario de Palma de Mallorca


Annabel

Técnica en Marketing Internacional. Graduada en Trabajo Social. Orientadora laboral y profesora de español titulada. Autora de ficción. Blogueando desde 2011. Última novela: LA JOYA DE ILLINOIS.

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