Las historias de Annie | La privacidad en las RRSS
Hace unos días estaba esperando que me entregaran varios paquetes. Tras pasar toda la mañana en casa, recibí un mensaje desde la empresa de mensajería de “destinatario ausente”. Indignante. Tuve que llamar varias veces, me quejé en Twitter y subí una foto de mi puerta en IG comentando si debería quedarme detrás de la puerta esperándolos.
Matando el tiempo hasta que llegara el repartidor, me puse a ojear las fotos del móvil. Ahí estaba mi puerta, con su cerradura y su sistema de bloqueo… ahí delante de todos. Entré en IG y eliminé la foto. ¿Somos conscientes de lo vulnerable que podemos llegar a ser por una simple foto? Quizás, yo exageré y mi imaginación me jugó una mala pasada; pero me quedé más tranquila que es lo que importa.
Mi vida en redes
Lo cierto es que volcamos nuestra vida en redes sin pensar en las posibles nefastas consecuencias. En más de una ocasión hemos oído/leído que decir que «estamos de vacaciones», es como invitar a los ladrones a nuestra casa; o no tener cuidado con los pantallazos que compartimos puede acabar revelando nuestro número de teléfono o compartir una foto ligerita de ropa puede convertirse en nuestra peor pesadilla. Todos hemos escuchado advertencias al respecto, pero… si nos cuidamos de eso, ¿ya estamos a salvo?
Quién puede ver lo que comparto
Subir una matrícula de un coche, a nuestros hijos, cada uno de nuestros movimientos, dejar constancia de nuestra ubicación o compartir según qué cosas nos expone a que alguien pueda hacer un uso indebido de la información. Y sí, también existe la probabilidad de que crucemos la calle y nos atropelle un camión; y por eso no dejamos de salir. Pero con las redes sociales, ¿hemos dejado en un segundo plano nuestra privacidad?
Facebook puede hacer uso de nuestros datos y fotos, y cederlos a terceros; e IG es dueño de nuestras fotos desde que presionamos el botón “compartir”. ¿Hemos dejado de pertenecernos para ser parte de un mercadeo mundial? ¿Cuántas personas son conscientes de la letra pequeña de las RRSS? Creo que no muchas, teniendo en cuenta el inútil mensaje que se propagó en Facebook con la cabecera “No le doy permiso a FB para…”
Un tema para reflexionar. Si tuvieras que hablarle hoy a un desconocido, ¿qué no le dirías? ¿No debería ser esto aplicable a las RRSS?
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